Paris, mi amor…

12 Oct

Después de volver de compras de la capi, me invadió poco a poco una sensación indecible.
Me pareció que estaba malgastando mi vida estando alejada del asfalto, así que he pasado todo el día conectada a Internet viendo fotos y vídeos de París, una ciudad que solía visitar para ver a mi amante en vacaciones (casi la mitad del año).
También he desempolvado mi pendrive de los recuerdos y he visto algunas fotos de Moris (así se llamaba), antes de que le atropellase… un coche.
En esas fotos se nos veía muy conjuntados los dos, mejorando el estilo de Serge y Charlotte Gainsbourg. Pienso que si hubiéramos vivido en esa época, seríamos los mejores representantes del estilo chic francés.

Envuelta en éstos trágicos recuerdos llenos de allure me he visto a mi misma paseando otra vez por la Rue de Rivolí ( aunque para ir de compras prefiero la Rue Saint-Honoré), en busca de Moris, que vivía en el barrio de Châtelet, donde trabajaba. Pero esta vez iba vestida como de luto.
Inspirada en ese ensueño he cogido mi bloc de dibujo y hecho unos bocetos de las prendas que quería conseguir.
Tengo que confesar, que esta oscura inspiración a la francesa ha sido favorecida por varios chupitos de absenta. Así que podeis considerarme una fashionista maldita.

Para nada quiero parecer una gótica, pero me gusta un cierto toque «dark» para mi imagen en ciertas ocasiones. Chicas, si se deprimen, hagan de su tristeza una excusa también para crear tendencia.

Vean mi atuendo para un día imperfecto:

  • Little black dress de encaje
  • Bufanda negra de lana merina de las tierras altas de Escocia.
  • Boina de lentejuelas bordadas a mano una a una (regalo del taller Lesage por mi contribución al mundo de la moda)
  • Zapatillas converse. ¡Pegan con todo!
  • Bolso de shopping de charol negro. Nunca es suficientemente grande.

Considero que he inventado un nuevo estilo, una mezcla entre «dark» y «boheme». Me se de memoria todas todas mis Vogue, y puedo asegurar, sin duda, que esto lo he descubierto yo, Manuela Shopping (así podré pasármelo en grande con mi amiga Frida de Bier para co-crear una colección, si le gusta la idea, claro, pero estoy segura que sí, porque es absolutamente genial).
Ahora seguramente, me van a criticar por mi inconfesable ( hasta ahora) atracción hacia lo underground, pero es que chicas, de verdad, a veces, paseando por Châtelet veía emos y góticos en pandillas y la verdad es que envidiaba en cierta forma su forma de vestirse, aunque resulte barata. He querido plagiarles someramente y hacerme dueña yo también de ese encanto adolescente pero sin renunciar nunca a mi elegancia.

Au revoir, fleurs!.

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